lunes, 16 de noviembre de 2015



El campo en mi vida

La vida en el campo es lo mas hermoso que se pueda vivir, hace muchos años tuve esta hermosa experiencia y fue la mejor etapa de mi vida. Nuestros hijos crecieron en un ambiente sano, tranquilo y de hermosos paisajes, donde no había comparación del mas rico o pobre, la tranquilidad del campo nos unió mas como familia.

Cuando te encuentras lejos de la civilización, aprendes a valorar lo poco o lo mucho que puedas tener, pues en esas circunstancias no se puede desperdiciar ni un frijol, se aprende a conservar los alimentos, a criar gallinas para poder comer huevos y pollo,  y lo mejor de todo, que se come sano. También se aprende a valorar lo material, no porque sea lo mas importante, sino porque se aprende a vivir con poco, como dice mi esposo, con lo mínimo necesario, lo que se descose se remienda, lo que se quiebra se pega, la ropa se hereda a hermano pequeño, en fin, todo se utiliza de la mejor manera.

Para conservar las frutas y verduras por mucho tiempo en buen estado, las ponía en un lugar freso de la cocina, no teníamos refrigerador, así que hay que ser cuidadosos con el lugar que se escoge para conservarlas, un mueble de madera recubierto de tela mosquitera es buena opción, para que los animalitos no entren a picar la fruta y verdura.

Las tortillas las tenía que hacer tres veces al día, mis hijos disfrutaban ver como se esponjaban en el comal, ellos las llamaban los sapos, pues se inflaban como sapos. Y, como no siempre se podía comer carne porque no había manera de conservarla, nuestra mejor aliada era la carne de soya, aprendí a cocinarla y creo que cada vez iba perfeccionando la manera de prepararla.

Tengo tantos recuerdos hermosos de esa etapa de nuestras vidas, que no dudaría en volverlas a vivir.